Al ver estos vídeos podemos pensar si son necesarias las rotondas en los cruces. El que ha circulado por la Plaza de l’Etoile en París, en cuyo centro está el Arco del Triunfo y donde confluyen 12 vias, sabrá que el tráfico se organiza sin necesidad de semáforos . Es una maravilla ver cómo los automovilistas van cediendo el paso sin maniobras extrañas. Pues bien, también se puede comprobar, como ocurre en documento 1, que cada cual encuentra su momento de paso para sortear los obstáculos. Lo increible es que con esta forma tan anárquica de circular, no haya accidentes. El documento 1 lo llamamos «rotonda virtual» y el documento 2 se puede llamar cruce de «sálvese quien pueda»
VALORACIÓN
Hace unos seis años estuvimos en París y nos quedamos asombrados de ver la
Plaza en la que está el Arco del Triunfo.
Como dice el comentario, cada cual sabia por donde tenía que ir.
Lo que aquí se ve, es una barbaridad. Seguro que hay accidentes, de mayor o menor grado.
La plaza que mencionas, por la que cuando era joven pasé con el coche en una visita, creo que funciona por los siguientes motivos:
1. Educación cívica.
2. Muy buena visibilidad.
3. Diámetro suficiente, teniendo en cuanta la cantidad de calles que confluyen.
Hay rotondas en España, que no cumplen estos puntos, como mínimo, y por eso no funcionan bien.
Magnífico, sencillamente, magnífico. Estos vídeos de las rotondas arcaicas me recuerdan a una anécdota que contaba el gran novelista Paolo Cohello. Alguien le invitó a una pequeña ciudad de Bélgica ú Holanda, no recuerdo bien, y después de dar unas vueltas le preguntaron al Sr. Cohello si había notado algo raro al circular por la ciudad. El contestó que no, no había notado nada extraño, excepto que la gente paseaba tranquilamente, los coches respetaban a los peatones, las familias iban paseando con niños en bicicletas y todo de los más normal, fluido, armonioso y colorido. Le dijeron entonces… pero Sr. Cohello, usted que cree tanto en las señales, no ha notado que en esta ciudad no existen señales de tráfico?. El contestó; No son esas las señales de las que yo hablo en mis novelas, pero efectivamente, el que no existan señales de tráfico confirma mi convicción de que las personas nos entendemos mucho mejor sin tantas normativas ó señales que dirijan nuestros pasos en la vida. Esto demuestra dos cosas; la primera que cuando los gobernantes permiten que cada cual se responsabilice de su actitud ante sí y ante los demás, el entendimiento entre las personas está garantizado y la segunda que las señales-normativas, están especialmente estudiadas no por nuestra seguridad, sino más al contrario para garantizar una fuente de recaudación, que de otro modo sería imposible conseguir. La conciencia de cada cual, junto con su moral personal, si les permitimos que se expresen de forma natural, actuarán con la máxima eficacia en la de resolución de los verdaderos problemas que acucian a nuestra humanidad.
Llevas razón Joaquín, muy agudo tu comentario.
Es evidente que a falta de normas, es obligado entenderse.
Este video es una muestra de ello