En los siglos VIII y IX se desarrolló el Imperio Carolingio que debe su nombre al Emperador Carlomagno. Fué el reino germánico de los Francos el que venció a los Visigodos haciéndoles huir hacia Hispania. Posteriormente el franco Carlos Martel contuvo la expansión musulmana en la batalla de Poitiers, imposibilitando con ello la entrada en centroeuropa. A partir del hijo de Carlos Martel, Pipino el Breve, se inicia la dinastía Carolingia y con el hijo de este, Carlomagno, se consolida el Imperio. Este Imperio se llega a extender desde la Marca Hispánica (en el norte de Hispania) hasta el Danubio y penetrando hasta la mitad de la Península italiana.