El Rastro de Madrid es muy conocido por ser uno de los más populosos del mundo y en el que más transacciones se hacen por sus visitantes. Sus inicios datan del siglo XV cuando se asentaron en las afueras de Madrid, en el cerrillo del Rastro, comerciantes de venta de ropas, curtidores de pieles, mataderos, etc. Después de muchos cambios, a mitad del siglo XVII se consolidó un gran mercado a lo largo de todo el barrio dedicado a negocios de carnicerías, curtido de pieles, zapaterías, correajes y monturas además de otros vinculados al sebo para velas y cirios. Poco a poco se fué ampliando la mercancía ofrecida incorporándose negocios de comestibles, chamarilería, quicalleros, anticuarios, almonedas, muebles y libros, que invadían desde la plazuela del Rastro hasta la Ribera de Curtidores. Viendo las diapositivas que aparecen en el documento, es posible imaginarse el alcance que hoy día tiene este mercado y la aceptación de la gente, en especial en días festivos.
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