La ciudad austriaca de Melk está levantada junto al rio Danubio y tiene una historia milenaria que arranca desde que Leopoldo I erigió en el año 996 un impresionante castillo sobre un macizo rocoso que se eleva por encima del nivel del rio. Dicho castillo fue donado a los monjes benedictinos en el año 1089 y hoy es una Abadía que encierra multitud de reliquias y tesoros para el disfrute de los visitantes. Además del edificio dedicado a Monasterio, se puede visitar la Iglesia, la Biblioteca y las Escuelas junto con otros espacios culturales. Después de ver todas las diapositivas que pasan ante nuestros ojos se queda uno asombrado de la capacidad humana para generar tanta belleza.

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