La isla de Lanzarote es una de las siete que componen el archipiélago canario. Se trata de una isla de naturaleza volcánica situada en la parte norte del archipiélago. Esta isla encierra bellezas naturales que la hacen muy diferente de las del resto de las Islas Canarias. Además de sus magníficas playas, encontramos paisajes volcánicos entre los que destaca el Volcán Timanfaya. Aqui podemos ver lugares emblemáticos de la isla como los Jameos del agua, los cultivos de la Geria, la cueva «Los Verdes», etc. El artista César Manrique puso en valor el paisaje de la isla diseñando los espacios con unas construcciones y una urbanización que le dan un sello inconfundible.
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Muy buen reportaje, no se escapa ni un detalle.
He estado allí, es la isla más autentica de las Canarias.
No hay que dejar la oportunidad de elegir un buen hotel.
A mi padre, lo destinaron a Arrecife, por el año 1959, estuvimos viviendo allí hasta el 1967 mas o menos. Recuerdo aquella época en la que no había practicamente turismo y nosotros éramos los godos… toda la isla estaba virgen… todo era desértico, los jameos del agua, la cueva de los verdes, la montaña del fuego, la batería del rio desde la que se veia la isla de la graciosa…los caminos de tierra… las playas, la pesca… muy bonitos recuerdos me ha traido este PPS. incluso en Arrecife la Iglesia Parroquial donde hice la primera Comunión.
Por cierto César, era muy amigo de mi padre, que en aquella época era el delegado de IBERIA y tenía un vuelo diario con Las Palmas y otro con Fuerteventura. con DC3 por cierto. Por aquel entonces, se rodó la película «Hace un millón de años» con Raquel Welch… el pollo «poli municipal» de Arrecife hacia de prehistórico… envuelto en pieles, 2 metros y 220kilos de peso… una broma.
Pedro
En tu comentario se adivinan unos recuerdos muy entrañables de aquellos años.
Llevas razón y confirmo que la isla ha evolucionado mucho.
Yo la conocí en 1974, bastantes años después de tu estancia. Aún estaba por hacer lo que hoy se conoce de la isla y que vemos en esta presentación. Siempre me acordaré de la subida en Camello al Volcán Timanfaya. Cuenta mi mujer, que llevaba en brazos a nuestra primera hija de un año, que aquella camella, que el guía llamaba «colorá», se movía de tal manera que casi no podía mantener el equilibrio.
Recuerdo la subida en camello. Y cuando llegabas arriba no había nada mas que una caseta… un agujero donde se ponía una sarten y se freían los huevos, una cueva que le echaban «aulaga» (matorral de espino de la isla) , y a los dos minutos empezaba a arder. y el huevo crudo que lo enterrabas en la tierra y a los cinco minutos estaba duro. y el geiser que echabas un cubo de agua y al minuto salia hecho vapor a presión… si, efectivamente muchos recuerdos. Y cuando íbamos a pescar las «viejas», los centollos que allí les decían santorras y los percebes en los maderos que venían del mar…volvímos por allí Salud y yo en 1981 y la verdad… ya no era lo que fué. imagínate ahora.