Cada vez es más frecuente tener a nuestro lado a personas afectadas por la pérdida de memoria que conlleva la enfernedad del Alzeimer. No es tarea fácil atenderles debidamente, pues la vida actual tiene un ritmo incompatible muchas veces con esta tarea. Viendo este vídeo creo que podrás comprenderlo y te hará recordar los tiempos pasados. Es necesario entender esta situación para que podamos tener una disposición acorde con las circunstancias.
CONOCIMIENTOS-ENTRETENIMIENTOS
Presentamos un sitio para poder ampliar conocimientos y compartir experiencias. También podrás encontrar asuntos para entretenerte y relajar el espíritu. ¡Ánimo! siempre hay tiempo para conocer cosas nuevas.
Que bonitas lecciones te da la vida…impresionante.
Es una gran lección para los hijos de hoy , la mayoría son unos intolerantes.
Cierto es que los hijos no están acostumbrados al sufrimiento de tener cerca a alguien con una minusvalía.Quizá sufran en su interior,pero poco sacan de sí para dar.No todos…
Mucho podría hablar de cómo se vive una situación o una enfermedad parecida.Pero como tan solo es un comentario diré que mientras te das cuenta de que estas limitada sufres constantes humillaciones.Al parecer todo lo haces mal para los que te rodean,y es cierto.Sientes que un abrazo de alguien querido es como una dosis de medicación.Cuando ya no te des cuenta-cosa que nunca sabrás donde esta la frontera-creo que solo puedes quedarte quieto y esperar.Un testimonio fascinante el del documento.
Ya lo conocía. Qué duro es no ser entendido y qué difícil ejercitar la «empatía». nadie se puede, realmente, poner en el lugar por mucho que se intente. Solo se sabe lo que se padece cuando se padece.
Ojalá y que si nos toca vivir una situación así, tengamos cerca personas que sepan ser tolerantes y amorosas con nosotros.
Es duro pensar que uno es lo que es su cerebro y que cuando éste falla, perdemos la identidad y los recuerdos.
Si uno es,desde luego,lo que es su cerebro,poco queda de mí cuando por el Parkinson pierdo cada día neuronas y dopamina.Confío que fuera de mi cerebro al menos quede la fe y el amor a Dios y al prójimo.