Los padres hacemos las cosas por los hijos de forma desinteresada y estos siempre dan por hecho que les vamos a ayudar. Las madres suelen tener más capacidad para estas tareas y una muestra de ello la podemos contemplar en el video que se aporta. Se trata de una madre que es capaz de hacer lo inimaginable para complacer a su hijo. Los niños transmiten, a su manera, lo que reciben y luego vienen las consecuencias. La moraleja sería «no hay que seguir a ciegas lo que nos dicen los niños, sino tratar de escucharles para entenderles bien.»
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