El hombre suele ser religioso por naturaleza al creer en algo que trasciende a la vida. Por esta razón existen las diferentes religiones que «religan» al hombre con un ser superior. Para llevar a cabo esa relación se han construido en el mundo multitud de «templos» que no son otra cosa que lugares de culto para reuniones de creyentes. Según la religión de que se trate, los templos son grandes, cuando deben albergar a grandes concentraciones humanas o más reducidos, si se trata de religiones menos extendidas.
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