Las rotondas o glorietas van proliferando como hongos en otoño y cada vez nos tenemos que enfrentar a mayor número de ellas en las calzadas de nuestras ciudades. Es verdad que resuelven problemas de cruces de calles y además no necesitan semáforos, si no hay pasos de peatones. Pero también es cierto que en muchas ocasiones producen desorientación a los conductores además de un cierto cabreo. ¿Quién no ha tenido que dar alguna vuelta completa (o dos!) a una rotonda para ver cual es la salida que tiene que tomar? Cuando se abusa de ellas en el diseño del viario de la ciudad puede producir cansancio en el conductor. Pues bien, una de las ciudades españolas en donde este fenómeno se ha extendido más es Vitoria y de ahí los chistes que provoca entre sus habitantes. En el video que ofrecemos va una justificación de la razón principal del crecimiento de habitantes en esa ciudad.
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