Normalmente damos por hecho que el terreno siempre es firme y cualquier construcción levantada sobre el mismo no se va a mover, salvo en caso de terremotos. Sin embargo esto no es así y los proyectos redactados por los técnicos deben contemplar toda clase de hipótesis para evitar desastres como el que vemos. Aquí tenemos un proyecto para la construcción de un aparcamiento colindante con una edificación ya levantada, que no ha tenido en cuenta las hipótesis del empuje de tierras sobre el edificio. El problema no es del edificio que se derrumba sino de las obras realizadas en sus inmediaciones. Primero un vaciado de tierras próximo a la cimentación, segundo el acopio de las mismas en el lado opuesto, finalmente la acción del agua de lluvia, modificando las características del terreno. La consecuencia final no podría ser otra. Unos pilotes, que no están calculados para resistir empujes laterales, entran en colapso por rotura a cortante y el edificio cimentado sobre ellos se desestabiliza y vuelca. A mi juicio lo llamativo es ver el buen comportamiento de la estructura del edificio cuyo entramado de nudos ha resistido las deformaciones y no se ha producido aplastamiento, pese al fuerte impacto sufrido. Parece como si se hubiera colocado el edificio en horizontal con una gran grua. Lo normal hubiera sido ver todo el conjunto aplastado después del vuelco. Solo faltan fotografías con personas asomadas a sus ventanas, extrañadas de ese fenómeno sufrido por sus casas.
muy interesante
Pienso dos cosas:
-Posiblemente no se haya convertido en escombros todo el edificio porque en Shanghay estén calculados para terremotos, pues recuerdo imágenes de terremotos en Japón donde se había licuado el terreno (unas arenas, como cuando vamos pisando por la orilla de la playa con los pies descalzos) y los edificios aparecían igual que este: enteros pero tumbados cual largos eran.
-Me sorprende el tipo de pilotaje, parecen tubos. Normalmente el pilote en España es macizo y lleva un buen armado, y el de Shangay tiene un armado ridículo, parece alambre, para que quepa en la corona circular. No me extraña que no aguantase el cortante.