Nápoles es una ciudad con una historia digna de ser visitada. Una de las cosas que debemos visitar es la Iglesia conocida como Capilla de San Severo. Debe su nombre al Príncipe de San Severo llamado Raimundo de Sangro, alquimista de su época. Este personaje fue miembro de una Sociedad Masónica que patrocinó las muchas esculturas que existen en la Capilla. La más importante es el Cristo Velato, de Giuseppe Sanmartino, famosa por el velo de mármol que lo cubre. Esta y otras esculturas que alli encontramos se realizaron con una técnica especial para esculpir el velo de mármol. Llegó a creerse que el velo de esas esculturas no era de mármol sino de telas tratadas con productos químicos que producían el efecto de dureza y transparencia. La técnica de estas esculturas fué un gran descubrimiento. Otra entrada dedicada a este tipo de esculturas que recomendamos ver es la número 901
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