Los movimientos sísmicos de la Tierra los llamamos terremotos cuando su epicentro está en los continentes y tsumamis cuando están bajo la superficie de los mares. En el primer caso la tierra sufre aceleraciones horizontales y verticales que dañan las construcciones apoyadas en la misma. En el caso de un tsunami la energía del movimiento produce un levantamiento del fondo del mar que eleva la masa de agua. Al producirse este levantamiento la energía se disipa produciendo olas concéntricas que se desplazan hasta llegar a las costas. Cuando la costa está cercana, estas olas invaden el continente y arrastran todo lo que se encuentran a su paso hasta que la energía que almacenan se disipa. Podemos ver en el documento las diversas causas que los provocan y cómo son las placas tectónicas que transmiten las tensiones rompiéndose en determinados puntos. Es interesante ver el gráfico en el que se han superpuesto los epicentros de más de 350.000 terremotos. Son los ocurridos entre los años 1963 y 1998 que definen perfectamente las zonas más sísmicas del planeta.
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